lunes, 9 de septiembre de 2013


EL NOVIAZGO Y LA ADOLESCENCIA


En algún momento durante la adolescencia surge "El Primer Amor" y podemos observar que, de pronto, nuestro hijo o hija está todo el día ensimismado, cambia de humor con frecuencia, a veces está feliz y radiante y otras veces esta muy triste, habla en secreto con sus amigos y se pasa escuchando toda la tarde la misma canción. Entonces, como padres, nos preguntamos "¿Qué le pasa?" La respuesta es sencilla: ¡se ha enamorado!
El noviazgo es una etapa en la cual dos jóvenes se atraen entre sí ya sea por cualidades físicas y/o internas, es decir, la forma de ser de la otra persona. Entonces, dichos jóvenes deciden andar juntos en la vida y compartir alegrías, experiencias, problemas, éxitos, actividades y estar presentes en la vida del otro.
Es una etapa, en muchos casos transitoria, que deja recuerdos muy bonitos que jamás se olvidan, ya que en el noviazgo los jóvenes aprenden a conocerse mejor a sí mismos y al otro sexo.

Conversemos de Los Primeros Acercamientos...

Entre los 10 y 13 años, los acercamientos suelen ser de tipo idealizado y romántico, los jóvenes se enamoran de un artista de televisión, de un cantante o de alguna persona a la que, en muchos casos, no pueden alcanzar, ya sea por diferencia de edad o porque ni siquiera llegan a hablarle alguna vez. Sin embargo, con tan solo verla les palpita el corazón, suspiran y sueñan con estar al lado de esa persona el resto de la vida...
Ahora bien, debemos saber que también a esta edad pueden ya establecer una relación de noviazgo basado en atracción física, aspecto que es natural. Por eso es importante estar cerca de nuestros hijos, ganarnos su confianza; así podremos orientarlos con comprensión, aceptación y naturalidad. En este momento es importante que orientemos a nuestros hijos a seguir saliendo con su grupo de amigos, a que inviertan su tiempo en diferentes actividades de su agrado, como el deporte, el arte y los grupos de jóvenes de la iglesia, los cuales son edificantes y les permiten canalizar su energía positivamente.
Entre los 13 y los 15 años el contacto se hace más real y habitual entre los jóvenes, y es a través del grupo de amigos donde surgen estos encuentros, porque recordemos que es en el grupo donde el adolescente se siente más seguro. Esta etapa se caracteriza por la coquetería en las jóvenes y el querer impresionar a las niñas en los jóvenes.
De los 17 a 20 años es la etapa en la que el adolescente establece una relación interpersonal más estable y profunda. Aquí, se ha alcanzado cierto grado de madurez emocional, biológico, afectivo y moral para responder mejor a la relación; también disminuye notablemente su egocentrismo, lo que le permite entablar una relación generosa basada en los intereses y necesidades de ambos.
En aras de ser padres efectivos y afectivos de nuestros hijos, se presentan a continuación algunas ideas prácticas y puntuales que nos pueden servir para abordar el noviazgo de nuestros hijos adolescentes de una forma adecuada, natural y divertida.

Formas en que los padres podemos abordar el Noviazgo de los hijos Adolescentes:

  • Ser conscientes de que los jóvenes de ambos sexos establecen contactos a edades más tempranas que antes
  • Permitirles estas relaciones de noviazgo como algo natural y propio de la edad
  • No avergonzarlos ni ridiculizarlos porque se han enamorado
  • Guardar su intimidad y las confidencias que nos hagan para poder guardar el prestigio ante ellos, es decir: "ser dignos de confianza"
  • Acompañarlos en la transición que están experimentando y la ilusión del noviazgo (es algo natural); abrirnos a su experiencia nos permitirá estar cerca de ellos y apoyarlos en cualquier momento de dificultad
  • Ocuparnos en darles una formación adecuada, explicar la diferencia entre conceptos como "amor" y "sexo"
  • Ayudarlos a desarrollara criterios para que el noviazgo no los perjudique
  • Buscar ocasiones para conversar, retomar el significado de la sexualidad y el amor
  • Prevenirles del daño que puede suponer el comprometerse en una relación más intima
  • Intercambiar confidencias nuestras que les ayuden a abrirse con nosotros. ¡Esta parte resulta muy enriquecedora!
  • Debemos animarlos a que sigan saliendo con su grupo de amigos, a que no se aíslen, que hagan espacio para diferentes actividades
  • Nuestro hogar debe ser un hogar abierto donde los hijos tengan la suficiente confianza de traer a su novio(a), así como a sus amistad


ANA MARIA NAVARRO RIOS

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