El síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida) es uno de los principales problemas de salud mundial y la enfermedad de transmisión sexual más importante. La transmisión del VIHrequiere el contacto directo con líquidos corporales o sangre infectada, de forma que la vía más frecuente de transmisión del VIH es la sexual.
Los síntomas de la infección primaria de VIH comienzan una semana después del contagio y el sida se manifiesta entre cinco y ocho años después, aunque con tratamiento puede no llegar a aparecer hasta 20 años después.
- Infección primaria: la mayoría de los que se infectan no tiene síntomas iniciales, pero un 30% puede tener dolor de garganta, fiebre, cansancio, dolor de cabeza, adenopatias generalizadas… durante 14 días.
- Infección crónica: posteriormente, los pacientes infectados permanecerán sin síntomas durante muchos años, pero el virus sigue replicándose dentro de las células del sistema inmune del paciente, por lo que poco a poco irán disminuyendo sus defensas y aparecerán infecciones, pérdida de peso, lesiones cutáneas, tumores, etcétera.
Para prevenir el SIDA lo más importante es conocer la enfermedad y sus mecanismos de transmisión. Ante cualquier duda o posible exposición al virus, es preciso someterse a la prueba de detección del VIH, porque un diagnóstico precoz puede mejorar notablemente el pronóstico.
Saber cómo se contagia el SIDA es fundamental para poder evitar las conductas de riesgo. Para que pueda producirse la transmisión del VIH deben darse tres condiciones:
Evidentemente, es necesario que una de las personas presentes sea portadora del VIH. Ninguna conducta de riesgo (como por ejemplo el sexo anal) supone un riesgo en sí misma si ninguna de las personas implicadas está infectada.
La concentración de VIH tiene que ser suficiente para que se pueda producir la transmisión. La sangre es el fluido corporal donde el virus está más concentrado. Por lo tanto, una pequeña cantidad de sangre bastaría para infectar a alguien. Sin embargo, con la misma cantidad de flujo vaginal no se produciría la transmisión porque el VIH está mucho menos concentrado en ese fluido.
Es necesario que el VIH entre en la corriente sanguínea para contraer el virus. La piel impide que el VIH se introduzca en el organismo, por lo tanto no basta con haber estado en contacto con un fluido contaminado, es necesaria una vía de entrada en forma de herida abierta, cortadura, fisura, desgarro, o a través del contacto con las membranas mucosas.
Cuando una persona está infectada con VIH, puede transmitirlo a otras personas a través de los siguientes fluidos corporales:
- Sangre (las mayores concentraciones de VIH se encuentran en la sangre).
- Semen.
- Secreciones vaginales.
- Leche materna.
- Fluido pre-eyaculatorio. En este los niveles de concentración del VIH son muy bajos, pero existe riesgo.
El VIH no puede transmitirse a través de:
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AUTOR: yareidis salazar villar
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