jueves, 15 de agosto de 2013

La existencia de Dios ha sido objeto de argumentos a favor y en contra, propuestos por filósofosteólogos y otros pensadores.
La reflexión sobre la existencia de Dios plantea cuestiones filosóficas fundamentales en relación con la ontología, e implica un debate entre diferentes posturas, cuya expresión habitualmente no se limita al mundo de la racionalidad, sino que se extiende al de las creencias. El teísmo y el ateísmo son las posturas teóricas favorables o contrarias a la existencia de Dios, respectivamente. Por su parte, el agnosticismo niega la posibilidad de conocer la existencia de Dios. Se han propuesto muchas denominaciones que matizan o definen con más precisión cada posible posición en este debate (panteísmodeísmoapateísmo, etc.)
Un problema básico es que no existe una definición universalmente aceptada de Dios. Algunas definiciones sobre Dios no son tan específicas como para permitir llegar a probar que exista una realidad que se ajuste a tales definiciones.
Los argumentos a favor de la existencia de Dios suelen incluir cuestiones metafísicasempíricasantropológicas y gnoseológicas. Las alegaciones en contra suelen incluir cuestiones empíricasrazonamientos deductivos o inductivos.
Aunque hace tiempo, buena parte del mundo académico occidental veía la cuestión de la existencia de Dios como un tema intocable o un pseudoproblema, esta cuestión ha vuelto a suscitar debates vivos en filosofía.
Se ha llegado a escribir: «En el mundo académico, Dios no está muerto [en referencia a la muerte de Dios descrita por Nietzsche]: volvió a la vida a finales de los años sesenta». 

Autor: Andres Machado Herrera

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